Fecha de publicación: Marzo, 2016. Duodécima edición. Barcelona. Penguin
Random House Grupo Editorial, S.A.U. ISBN: 978-84-01-01570-0.
El
libro consta de 267 páginas.
César
Bona nació en Ainzón (Zaragoza) en el 1972 y se ha convertido hace unos meses
en el mejor maestro de España. Las técnicas que utiliza es la empatía, su
capacidad para conectar con los alumnos y detectar lo que les hace falta y lo
que puede motivarles. Además busca que los alumnos desarrollen el espíritu
crítico y sepan plantear alternativas.
Ha
combatido el absentismo escolar y el analfabetismo; rodó un corto de cine mudo
con niños lo que les hizo ganar un premio del Ministerio de Educación y se
llevó el galardón en un Festival de Cine de la India; “El Cuarto Hocico” les
llevó a ganar el Premio Príncipe de Asturias y Embajadora Mundial de la Paz
(Children for Animals); se encuentra entre los 50 finalistas del Global Teacher
Prize (galardón equivalente a Premio Nobel de los profesores).
2. Motivo de la elección de este
libro
El
motivo principal de leer este libro ha sido gracias a la recomendación de
nuestra profesora de la Universidad Rey Juan Carlos en el campus de
Fuenlabrada, María Jesús Abad.
Fue
una recomendación muy acertada ya que leer a Cesar Bona supone una bocanada de
aire fresco para nuestra formación como profesores. Nos ofrece la posibilidad
de ver como si se puede llevar a cabo lo que tenemos en mente.
3. Resumen del libro:
César
Bona, uno de los cincuenta mejores maestros del mundo según el Global Teacher
Prize, el llamado Premio Nobel de los profesores, nos aclara en este libro que
ser maestro no es acomodar a los alumnos a unos planes de estudio: todo
educador debe adaptarse al motor imparable y entusiasmado de un niño. Hay que
motivarles, estimular su creatividad y aguijonear su curiosidad; porque los
niños no son solo los adultos del mañana: son habitantes del presente. En
primera persona, César Bona relata anécdotas, nos cuenta los momentos clave en
su vida que le convirtieron en el maestro que es en la actualidad, y nos
muestra que la metodología de enseñanza más efectiva es implicarse con los
alumnos. Porque el educador es un ser privilegiado, que puede impartir y
compartir sus conocimientos en tribu.
En
este libro expone sus hallazgos de manera casi biográfica: es un profesor
entusiasta que disfruta de los retos, que adora a los niños y que, en lugar de
teorizar sin fin sobre lo que debería hacerse, se ha lanzado a hacerlo.
En sus proyectos ha conseguido llevar a cabo todo aquello que muchos han
planteado sobre el papel: que niños analfabetos se sientan interesados por la
lectura, que sus alumnos impulsasen una protectora de animales virtual que ha
llegado al ámbito internacional (Children for Animals) o que rodasen un
cortometraje premiado en un festival de cine de la India.
4.
Capitulos del libro:
- Invitación a ser maestro.
- Viaje en el tiempo. La influencia de los maestros.
- Un maestro aprende de los que tiene a su alrededor.
- Global Teacher Prize: el premio a los maestros.
- Pásame el destornillador.
- El hombre de bigote.
- Una piscina infinita de imaginación.
- Salir de uno mismo y hacerse preguntas.
- Salmones en el río.
- La historia de un escupitajo.
- ¡Un gorro de ducha!
- ¿Metodología? Sobre la marcha.
- Una microsociedad.
- La charla de Marc, o de cómo la creatividad te puede sacar de un apuro.
- Historias surrealistas.
- Que viva el surrealismo en las escuelas.
- Yo te enseño a tocar el cajón.
- Una escuela de seis niños de cinco edades distintas.
- La biblioteca.
- El respeto a las raíces.
- Una protectora virtual de animales dirigida por niños.
- Dejen libres a los maestros para que se formen.
- El respeto no se impone.
- De los libros a la acción.
- Juguetes para niños a trescientos kilómetros.
- Congreso mundial por los derechos de la infancia.
- ¡Pizza con cajones para todos!
- Cómo organizar el discurso.
- ¿Quién es héroe o heroína.
- Deberes y a dormir.
- Somos emociones.
- Aprender, aprender y aprender.
- El tiempo pasa rápido.
- La nueva educación.
Glosario: Diccionario de
palabras a nuestra manera.
5. Interpretación personal del texto:
En
valoración propia he de decir que hay varias palabras en las que se podría
resumir el libro, como por ejemplo: creatividad, sentido común, vocación y
alegría. Podemos resaltar dos de ellas:
CREATIVIDAD,
una palabra que César repite en un montón de páginas; para él es muy importante
que los maestros (y los padres y madres) fomenten y creen espacios para que los
niños den rienda suelta a su creatividad.
SENTIDO
COMÚN, una bocanada de aire fresco, su manera de escribir creo que refleja cómo
es él y como se expresa cuando habla. Si te animas a leer su libro, te dará la
sensación (mientras lees) de que estás sentado a su lado, escuchándolo mientras
tomáis un café juntos. No es un libro “sesudo”, ni esperes encontrar grandes
ideas o teorías pedagógicas; es un libro que muestra su
manera de entender la educación, con multitud de ejemplos y anécdotas que le
han ocurrido a lo largo de su vida de maestro.
En mi opinión aunque Cesar
afirme que podemos pensar que después de leer su libro pensemos en que no es
nada extraordinario o que no dice nada fuera de lo normal, para mi si dice algo
o mejor dicho hace algo extraordinario en su día a día en el ámbito escolar: todo
lo que él hace tiene, como último objetivo u horizonte, educar el corazón de sus alumnos. En
varios capítulos le “escuchamos” decir que los contenidos de las asignaturas
son importantes, pero más importante aún es “educar en cosas sencillas,
básicas, pero que a veces se nos olvidan: el respeto, la empatía, la
sensibilidad, la escucha y el esfuerzo para conseguir lo que te propones”
Un aspecto al que César da mucha
importancia es la necesidad de estimular la curiosidad de los niños. Se nota que él es
profe de Primaria y es consciente de lo importante que esto es para el
desarrollo de la mente de los niños, y de la gran responsabilidad (y
oportunidad) que la escuela tiene en lograr esto.
Otro
tema que debo resaltar es el capítulo titulado “hacer deberes y a dormir”. En
este apartado trata el tema de los deberes como, citó textualmente: “Soy
maestro, así que para ir terminando os voy a poner unos deberes. Empezaréis a
hacerlos ahora, cuando acabéis de leer el libro y hasta la hora de cenar.
Tenéis tiempo. Luego, cenaréis y a dormir. Mañana (por la tarde) haréis lo
mismo: os pondréis con los deberes, y luego cenaréis y a dormir. Alguno de
vosotros tendrá “extraescolares”; da igual: las extraescolares no diluyen los
deberes ni son excusa para que no los hagáis. Tendréis que hacerlos igualmente.
Y después, a cenar y a dormir… Esto es lo que les sucede a miles de niños:
salen de la escuela y tienen que empezar a hacer tareas (de cada asignatura,
por supuesto). Todo el mundo pone deberes porque queremos que todos aprendan de
nuestra asignatura, que sepan muchas cosas. Nos hemos metido en una inercia por
la que queremos muchos Einstein a los 12 años” Para César, si el niño no
ha terminado a las 7 de la tarde de hacer los deberes, el maestro tiene que
replantearse esos deberes que está mandando, porque algo no está haciendo bien.
En resumen, “no pueden vivir en una burbuja en lo que lo único que hagamos es
meter datos, sino que debemos invitar a esos niños y adolescentes a que salgan y participen en esa sociedad”
Bona
recomienda perseverancia y ser
conscientes de que lo que se hace es por el bien de los niños: “Es un reto
convencer de que las clases se pueden hacer de otra manera, especialmente a los
padres, como cuando trabajábamos por proyectos y nos salíamos del libro”. Pero
también es cierto que la sociedad en la que vivimos es muy diferente a la que
existía hace unas décadas, y que ello obliga a que las empresas pidan nuevas
habilidades como la creatividad, muchas veces sofocadas por las ansias de los
padres que se traducen en inacabables clases extraescolares. “Deben poder mirar
alrededor, imaginar, sentirse creativos y que esa curiosidad innata sea el
motor que los mueva. Si les llenamos la tarde de extraescolares no tienen tiempo para ser niños”.
Por
último, he de resaltar una de las frases que más me ha gustado del libro: “no hay que hacer cosas complejas y
“espectaculares” para innovar o educar “de otra manera” como padres o
profesores que somos; solamente hay que escuchar a los niños,
quererlos y proponerles hacer aquello que sabemos que les gusta hacer y que les
ayuda a aprender “para la vida”
6. Puntos fuertes:
- Aprender disfrutando.
- Alegría.
- Creatividad.
- Participación activa.
- Respeto.
- Vocación.
Puntos débiles:
- La creatividad, porque necesita ser trabajada a lo largo del tiempo. Ya que si no se expira y nos basamos en meros patrones.
- El sentido común, que hoy en día no está muy presente pero sería imprescindible para la escuela y una sociedad mejor.
9. Otros comentarios por internet:
Acerca
de los comentarios leídos en páginas web de lectores de Cesar Bona, en mi
opinión son totalmente acertados. Los que más me llaman la atención son
aquellos de docentes que están ejerciendo actualmente. Sus opiniones acerca de
lo que más le llama la atención y sus conclusiones son totalmente acertadas, y
ojalá que todo aquello que dicen lo lleven a la práctica ya que así si sería
posible un mundo donde los niños tengan más tiempo libre, dejen de estancarlos
en una rutina y acorten su gran creatividad. Uno de los comentarios y
conclusiones a resaltar por la mayoría de sus lectores docentes es el
siguiente: “Los profesores debemos
ofrecer cada día nuestra mejor versión, escuchar a los niños y saber de qué
están hechos para sacar lo mejor de
ellos”. Y aunque recuerda que el sistema también debe ayudar,
tampoco le sirve que el profesor se parapete detrás de ello para no esforzarse
y seguir aprendiendo. Pero dejémonos de palabras y veamos qué se puede hacer.
8. Aspectos a añadir:
Me
parece que el libro de “La nueva Educación” está bastante completo, bien
secuenciado y de manera individual me aporta la información necesaria que
esperaba obtener leyéndolo, por tanto a mi parecer no añadiría ningún apunte
más.
9. Postulados a defender:
- Tener la mente abierta y estar preparado para encontrar cosas maravillosas en el entorno que nos rodea.
- Actitud, que será ejemplo para los más pequeños.
- Trabajar además de con los niños también con los padres y madres, etc.
- Aprender a gestionar las emociones y que los niños sepan hacerlo con ellos mismos.
- Fomentar el respeto.
- Estimular la creatividad y curiosidad por las cosas.
- Invitar a los alumnos al compromiso social.
- No quedarse atrás con el mundo de las tecnologías.
10. Aportación del libro:
En primer lugar, me ha dado seguridad en mi misma para poder llevar a cabo muchos procesos que se me
ocurran y no enfocar todo al ámbito rutinario en el que están inmerso los
niños, es decir, trabajos y exámenes. Creo que el camino a seguir es
“educar para la vida”, y no (solo) para los exámenes. Y esto lo conseguiremos
si educamos sus mentes (con contenidos), pero también su corazón (para que
desarrollen actitudes que les hagan querer y valorar a sus semejantes).
Por otro lado, creo que es importante tener humildad, innovar, porque muchas veces aprendemos gracias al
método “ensayo-error” o como solemos decir “de los errores se aprende”. Pero
siempre he de ser consciente de que es vital escuchar las necesidades de mis
futuros alumnos; como dice César: “Es curioso, no me lo negaréis, que
pretendamos enseñar contenidos a seres de los que no sabemos nada”.
Por último, la lectura de este libro me ha dejado un reto: tengo que ayudar a mis futuros alumnos a “ampliar sus
horizontes”, es decir, conseguir que sean personas sensibles a los problemas que existen en nuestro Mundo; que los conozcan, pero
que no se queden sólo en eso, sino que se comprometan por proponer soluciones
creativas. En definitiva, por poner su granito de arena para construir un mundo
donde merezca la pena vivir.
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